El cervatillo fué bautizado con el nombre de Pippin y de una manera asombrosa, la mujer pudo ver como Kate empezó a cuidar y a hacer de madre del cervatillo. El dúo se convirtió en inseparable, en todo este tiempo la señora Springett pudo tomar una serie de preciosas imágenes de el día a día de la tierna pareja. “Hemos visto al pequeño cervatillo vagando cerca de nuestra casa, en busca de su madre y el llanto era difícil de ignorar”. “Nos lo llevamos a casa y nuestro perrita Kate estaba en su cama, así que pusimos al cervatillo a su lado para que le diera calor”.
Desde que Pippin era muy pequeño les encanta jugar
juntos y con el paso de los años siguen jugando con la misma ternura. Siguen siendo los mejores amigos. La señora Springett comentó que el ciervo estaba muerto de hambre y esperó tres días para intervenir.
En el libro para niños que se ha publicado, las primeras líneas empiezan describiendo el momento en el que el ciervo fue encontrado: “El cervatillo estaba quieto y en silencio. “Estaba sólo y con miedo mientras esperaba que su madre volviera”